El seguro de hogar es la segunda modalidad de seguro más contratada en nuestro país, por detrás del seguro de automóvil.

En nuestra cultura y en nuestra costumbre se encuentra grabado a fuego el requerimiento de ser propietarios de una vivienda en algún momento de nuestras vidas y, dado el destacado coste de las mismas, en muchos casos nos vemos obligados a “hipotecarnos” durante muchos años, para lo cual los Bancos nos acaban obligando de alguna manera u otra a contratar un seguro de incendios, que acaba convirtiéndose un seguro de multirriesgo del hogar.

A la hora de asegurar un inmueble debemos considerar (entre otros) dos conceptos muy importantes: su continente y su contenido.

El continente es el conjunto de elementos esenciales de la construcción, es decir, paredes, suelos, techos, tejados, y en definitiva: elementos permanentes, que –gráficamente-en el caso de darle la vuelta al edificio”de manera figurada- no se caerían al suelo por el efecto de la gravedad.

En cambio el contenido es todo elemento incluido dentro del continente, como por ejemplo: mobiliario, electrodomésticos u objetos de valor, que debemos considerar de manera diferenciada en nuestro seguro, y cuya factura de compra deberíamos mantener bien a mano en caso de siniestro.

En este breve artículo vamos a comentar los errores más habituales que se cometen a la hora de contratar un seguro (multirriesgo) de hogar.

Sobrevaloración del inmueble

En relación con el continente, no debemos confundir el valor de mercado de una vivienda con su valor de reconstrucción. Toda compañía aseguradora considerará el metraje de la vivienda, que según el lugar de su ubicación resultará determinante para la realización de la valoración pericial del inmueble en caso de siniestro. Por tanto, no debemos dejarnos llevar por los precios que dicte el mercado, sino por el precio de restitución de nuestra vivienda en caso de concurrir un siniestro, cuya base constituirá el denominado “continente” del inmueble.

Así, un “Asegurador honesto y/o profesional”, determinará como valor del continente el valor de reconstrucción de la vivienda, conforme a sus dimensiones, ubicación, y tipología de materiales empleados para su construcción, que puede resultar mayor o menor que el valor de mercado de la vivienda, en función de su antigüedad, sus características, su uso, y/o su radicación.

Sobrevalorar el importe del continente (tomando como referencia por ejemplo el valor de mercado de una vivienda) no sirve para nada más que para pagar una prima mayor que la que correspondería, ya que en caso de siniestro las aseguradoras sólo van a indemnizarnos por el valor de reconstrucción de nuestra vivienda, y este criterio se aplica de igual modo a cualquier tipo de reparación por siniestro que deba producirse en ella, sin que en ningún caso obtengamos beneficio alguno por ello, ya que no es el objeto de los seguros tal como determina la Ley.

Por lo que respecta al contenido, no podemos establecer un valor exorbitante que no podamos justificar mediante facturas. Las compañías aseguradoras entienden como aceptable un contenido que en relación con el continente pueda suponer entre un 25% y un 30% del valor de éste, y si deseamos valorar un importe superior deberemos ser capaces de acreditarlo mediante facturas, ya que en caso contrario cuando se produzca un siniestro será difícil obtener la restitución del coste de lo perdido.

Infraseguro

Este es uno de los errores más graves (y habituales) que se pueden cometer a la hora de presupuestar y de contractar un seguro. El “házmelo más barato” en ocasiones supone infravalorar el metraje de la vivienda, o simplemente infravalorar el valor de reconstrucción del inmueble a la hora de determinar su continente, lo cual supone una importante minoración de los riesgos a asumir por parte de la compañía aseguradora al resultar de aplicación la regla de proporcionalidad, que implica que ante un siniestro con daños propios o daños a terceros, nos podamos ver obligados a “rascarnos el bolsillo” para restituir en parte los bienes dañados, ya que a pesar de estar cubiertos por la póliza de seguro, lo estarán por un valor inferior al que correspondería según su valor real.

Por lo que respecta al contenido, el impacto es similar, partiendo de la base de que se entiende por razonable un porcentaje de entre el 25%  y el 30% del continente, por lo que, a pesar de que podamos disponer de facturas, podríamos vernos afectados por la aplicación de la regla de prorrata, y por tanto, por la minoración del precio de la indemnización, al haber estado pagando una prima inferior a la requerida conforme al valor real de los bienes asegurados.

Contratar dos seguros por el mismo inmueble

Es un error de “dimensión supina” ya que sólo podemos percibir el valor de reconstitución de nuestra vivienda una sola vez, sin que ningún seguro pueda suponer un enriquecimiento implícito para su contratante.

Por tanto en caso de siniestro: todas las  compañías contratadas pagarán una proporción del riesgo asumido, y se repartirán la obligación de restituir el coste de la indemnización a pagar, siendo el beneficiario del seguro perceptor de la indemnización equivalente al valor único del bien objeto de siniestro, aún a pesar de haber pagado dos o más primas de seguro por el mismo.

Dar importancia a coberturas superfluas

El seguro de hogar es un seguro de perfil “multirriesgo”, lo cual supone la inclusión de un amplio elenco de coberturas que abarcan diferentes formas de daños sobre el inmueble y su contenido (incendio, inundación, fenómenos atmosféricos, robo, hurto, vandalismo, etc…), así como por un conjunto de servicios con los que las compañías aseguradoras complementan dichas coberturas como pueden ser: la asistencia informática, el bricolaje, la asistencia jurídica o la asistencia médica telefónica, entre otras posibles.

Aunque todo lo que sean servicios adicionales puede ser interesante para ornamentar y dotar de contenido nuestro seguro, no debemos dejar de centrarnos en lo realmente importante antes de contratar un seguro que es la adecuada configuración de los riesgos objeto de cobertura, así como su valoración estimada en términos de continente, contenido y objetos de valor, por un importe certero. 

Los “cantos de sirena” en relación con servicios accesorios nos pueden llevar a veces a perder el horizonte de lo que realmente es lo importante en nuestros seguros.

Creer que el seguro lo cubre todo

El seguro cubre lo que en todo caso es objeto de inclusión en las condiciones particulares del contrato de seguro, cuyo límite determinan las condiciones generales del contrato.

En este sentido es importante estar bien asesorados por un Agente de Seguros Profesional, y leer detalladamente el contrato para conocer la utilizad de nuestra prima pagada.

Aunque la “paquetización de seguros” conlleve a que todos se parezcan, no todos los seguros son iguales (ni todas las compañías), y sorprendentemente, muchos tomadores/asegurados priorizan el precio por delante de las coberturas y de la solvencia o de las garantías del servicio postventa de la compañía de seguros con quien están contratando sus seguros, lo cual suele conllevar sorpresas cuando realmente se invoca la eficacia de un seguro al tener un siniestro, que es cuando se descubre  que en nuestro contrato pueden existir exclusiones, o simplemente que aquello que pensábamos que estaba cubierto, no lo está.

Un ejemplo a considerar lo constituye la cláusula “todo riesgo accidental”, que sólo se incluye previa consideración y correspondiente pago de la prima correspondiente por parte del tomador en algunos seguros. Con ella estaríamos cubiertos por ejemplo ante la rotura accidental de la televisión, provocada por la caída accidental en el momento, por ejemplo, de realizar la limpieza doméstica de la casa. Algunos tomadores/asegurados, creen que eso estaría incluido en su seguro, pero sólo lo estará en el caso de que se haya incluido fehacientemente dicha cláusula en el contrato.

En este sentido debemos insistir en el tópico de que: “lo barato sale caro”, y especialmente en la necesidad de estar bien asesorados por un Agente de Seguros Profesional a la hora de contratar nuestro seguro, ya que en caso contrario podemos cometer errores funestos que pueden llevarnos a perder, no sólo el valor de nuestros bienes, sino especialmente la contraprestación que nos debiera corresponder, siempre que hubiéramos contratado el seguro adecuado para nuestra vivienda.

Si deseas más información en relación con tu próximo seguro de hogar o con la renovación del que tienes prevista, no dudes en contactarnos y te asesoraremos.

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