El seguro de coche: errores habituales
El coche se ha convertido en el objeto del deseo, no sólo para sus propietari@s, sino muy especialmente para la totalidad del sector asegurador.
Y el dato no es baladí considerando que por nuestro país circulan más de 24 millones de vehículos asegurados (dimensión que alcanza los 34 millones si consideramos también motocicletas, furgonetas y camiones), siendo esta modalidad de seguro la más habitual en nuestros hogares, en los que está presente prácticamente en un 80% de ellos.
No es extraño entonces que la práctica totalidad de aseguradoras dirijan sus esfuerzos hacia este importante mercado de potenciales consumidores, existiendo en algunos casos compañías realmente especializadas en este ramo, capaces de “paquetizar” ofertas altamente competitivas, aunque no siempre plenamente satisfactorias para todos los clientes.
Es por ello que, como consumidores, debemos saber cuál es nuestra necesidad en todo momento, a fin de poder valorar si lo que se nos ofrece es lo adecuado, y no cometer algunos de los errores que más habitualmente se producen en el momento de contratar nuestro seguro.
Atender a la urgencia o a la necesidad
Uno de los errores más habituales a la hora de suscribir un seguro proviene precisamente de la urgencia o de la necesidad sobrevenida de contratarlo. Esto suele ocurrir normalmente en el momento de adquirir un vehículo, ya que el entusiasmo por la compra nos puede cegar y hacer olvidar la importancia de contar con un buen seguro para nuestro coche, llevándonos a la precipitación en la toma de decisión sobre nuestro próximo seguro.
Un cliente residente en una zona rustica contrató un seguro de coche sin considerar que la póliza que había contratado, al tratarse de un “paquete low cost” ofertado por televisión, no incluía la cobertura por “accidentes cinegéticos”, aspecto en el que reparó solamente cuando tras haber atropellado un jabalí en el retorno a su domicilio, la operadora telefónica de su nueva aseguradora le indicó que dicho riesgo (de escaso coste en prima) no estaba precisamente cubierto en su contrato de seguro.
En ocasiones por razón de precio, o en ocasiones como consecuencia de cualquier tipo de “reclamo publicitario”, o incluso por cualquier comentario o sugerencia de terceros sin mayor concreción, nos podemos precipitar sin reparar en la importancia de considerar las cláusulas a incluir, y luego nos podemos encontrar con sorpresas inesperadas en el momento en que realmente necesitemos invocar sus garantías ante un siniestro.
Seguir la costumbre
“Siempre lo he tenido a todo riesgo”, suele ser una de las frases más comentadas, habitual y precisamente por parte de los mejores conductores, es decir, aquellos que nunca o casi nunca han comunicado o comunican un parte de siniestro.
Es importante comprender que los automóviles se deprecian desde el mismo momento en que empiezan a circular (con la excepción de los vehículos considerados “de colección” o “especiales”), aunque no es menos cierto que todos los coches no se deprecian de igual forma, dado que entra en juego también la consideración de la oferta y de la demanda, y por tanto, aquellos que más salida tienen en el mercado suelen tener una ligera mejora en el porcentaje de devaluación anual.
A pesar de ello, uno de los elementos clave para determinar el valor de la depreciación de vehículo lo constituyen las tablas informativas que publica cada año la Agencia Tributaria en nuestro país, cuyos valores generales orientativos son los siguientes:
Antigüedad | % de precio que mantiene | % de depreciación |
Hasta 1 año | 100% | 0% |
Más de 1 año, hasta 2 | 84% | 16% |
Más de 2 años, hasta 3 | 67% | 33% |
Más de 3 años, hasta 4 | 56% | 44% |
Más de 4 años, hasta 5 | 47% | 53% |
Más de 5 años, hasta 6 | 39% | 61% |
Más de 6 años, hasta 7 | 34% | 66% |
Más de 7 años, hasta 8 | 28% | 72% |
Más de 8 años, hasta 9 | 24% | 76% |
Más de 9 años, hasta 10 | 19% | 81% |
Más de 10 años, hasta 11 | 17% | 83% |
Más de 11 años, hasta 12 | 13% | 87% |
Más de 12 años | 10% | 90% |
Estas tablas son orientadoras, y aunque no totalmente axiomáticas, representan una realidad que hemos de considerar en relación con la valoración que tiene nuestro coche en cada momento.
Es por ello que, a modo de ejemplo: no tiene sentido mantener un seguro a “Todo Riesgo” en el caso de un vehículo de más de 12 años, salvo que dicha prima se calcule en consonancia con el valor estimado del vehículo en ese momento, ya que en la mayoría de casos podemos estar soportando una “sobre-prima”, por garantizar un bien cuyo valor a duras penas alcanzará el 10% de su coste inicial, existiendo modalidades de seguros alternativas y muy completas que pueden cubrir claramente también las necesidades de los conductores en cada momento.
Aunque algunas Compañías aseguradoras son muy honestas respecto a este tipo de modalidades de seguro, no siempre todas actúan de igual forma.
Decantarse por la oferta más económica
Aunque es loable buscar la economía en cualquier producto, no debemos olvidar que nuestro seguro tiene que cubrir las auténticas necesidades que podamos llegar a tener. Muchas ofertas económicas se basan precisamente en la minoración de garantías, coberturas, o alcance de las mismas.
¿Te comprarías acaso un abrigo sin mangas, o unos calcetines sin talonera, …, o quizás unas gafas sin patillas? Revisa el alcance de lo que te ofrecen, e intenta comprenderlo siempre. En estos casos es muy útil poder comparar entre compañías, obtener referencias de familiares o amigos, y sobre todo contar con el asesoramiento de un agente de seguros profesional de tu confianza, especialmente por lo que respecta a los servicios post-venta. Sólo así te asegurarás de no estar tirando tu dinero en un seguro inútil que quizás en el futuro no resuelva tus necesidades en el momento en que se reproduzcan.
Cambiar por cambiar
Como solían decir nuestros mayores: “nadie da duros a cuatro pesetas”, y detrás de toda campaña publicitaria, suele haber un “porqué”.
Hay personas con una vocación de cambio permanente, capaces de satisfacer su “ego” sobre la base de pretender ahorrar la cantidad que haga falta, por pequeña que sea, y ahorrarse unos pocos euros (cuyo ahorro acaban triplicando en coste cuando contactan con su nueva aseguradora a través de un teléfono de tarificación especial) para reducir, por ejemplo, el alcance de la Responsabilidad civil de su seguro, aspecto que puede suponer un gran disgusto en caso de siniestro.
Tu Agente de seguros te conoce y sabe lo que necesitas. Si tu confianza en él se mantiene intacta, enhorabuena, porque podrás contar con el asesoramiento profesional más adecuado en cada momento.
En ocasiones nos podemos llegar a sentir atraídos por posibles “cantos de sirena”, que podrían ser ciertamente ventajosos, pero que en la mayoría de los casos resultan ser “pan para hoy y hambre para mañana”. Aunque no los descartes inicialmente, déjate asesorar por quiénes más saben, y especialmente si son de tu confianza.
Si lo deseas, quedamos a tu total disposición y te frecemos toda nuestra profesionalidad y experiencia, para asesorarte conveniente en la próxima contratación de tu seguro de automóvil, porque nosotros “no colocamos seguros“, nosotros asesoramos a nuestros clientes y centramos nuestra labor en conocerles bien para poderles ofrecer siempre los productos y servicios que mejor se adaptan a sus necesidades.